El Principado de Asturias se sitúa entre las comunidades autónomas con mayor tasa de éxito en la evaluación de la actividad investigadora. El 97% del personal científico de centros públicos que ha solicitado la acreditación de la investigación realizada durante seis años -un reconocimiento conocido como sexenio de investigación, que mide la calidad y la excelencia-, ha obtenido la aprobación de la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca). El dato sitúa al Principado tres puntos por encima de la media nacional.

El Sexenio es la principal vía para acreditar donde los méritos en esta actividad específica desarrollada por el profesorado universitario y por el personal investigador funcionario de los organismos públicos como el Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC). Implica un incremento retributivo y un reconocimiento de excelencia científica, y se puede optar a un máximo de seis tramos a lo largo de la vida profesional.

El CNEAI (Comisión Nacional Evaluadora de la Actividad Investigadora) de la que forma parte la directora general de Universidad, Cristina González, ha informado del resultado de la evaluación de 2021. De las 306 peticiones de reconocimiento de tramos de investigación presentadas, 297 han obtenido un resultado positivo, un 97,96%, frente al 94,8% de media en España. El número de solicitudes se ha elevado en más de un centenar respecto a la convocatoria anterior.

Para que te concedan un “sexenio de investigación” hay que superar unos criterios muy exigentes y se centran tanto en el currículum como en la producción científica y en la calidad de las publicaciones.

En los últimos cinco años la investigación asturiana ha ocupado los primeros puestos en la tasa de éxito con porcentajes por encima del 96% de evaluaciones positivas. Más de mil docentes universitarios cuentan con un mínimo de un sexenio reconocido.

El resultado en la acreditación de la investigación asturiana se suma a la buena posición que ostenta también en la transferencia de conocimiento, la contribución del personal investigador al desarrollo territorial, donde se sitúa seis puntos por encima de la media nacional.