El Gobierno del Principado de Asturias convocará en breve las ayudas de la Política Agraria Común (PAC) de la campaña de este año, dotada con 92 millones para más de 8.500 explotaciones agrícolas y ganaderas. El Ejecutivo ha autorizado hoy una partida de 86.235.000 euros para este fin, a la que se suma otra de 5.835.000 aprobada previamente y que se ejecutará también en este ejercicio, con lo que el presupuesto global alcanza los 92 millones.
Con la decisión adoptada esta mañana, el Principado vuelve a mostrar su compromiso con el sector primario, así como su voluntad de aligerar los trámites burocráticos para que los fondos lleguen lo antes posible a las personas beneficiarias.
El presupuesto para estas ayudas se distribuye en dos grandes bloques:
-Mantenimiento de las rentas sector de la agricultura y la ganadería: 64 millones de euros en pagos directos
-Apoyo a la actividad agraria sostenible: 28.070.000 euros destinados a los pagos para el apoyo a la actividad agraria sostenible de las medidas de agroambiente y clima, la producción ecológica y las ayudas para espacios de la red Natura-2000 y zonas de montaña o con limitaciones naturales específicas.
Compra de vacunas para la prevención de lengua azul
El Consejo de Gobierno de Asturias ha aprobado un gasto de 686.400 euros para la compra de vacunas bivalentes contra la enfermedad de la lengua azul para la cabaña bovina y ovina. La profilaxis se aplica frente a los serotipos 4 y 8 a los animales de más de tres meses en todas las explotaciones.
El objetivo de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria es finalizar la campaña de vacunación masiva antes de que comience la época de actividad de los mosquitos que actúan como vectores del virus de la lengua azul, previsiblemente a finales de junio, con el fin de tener protegido al ganado y evitar la difusión de la enfermedad. También pretende que las explotaciones no se vean afectadas en los movimientos de sus animales.
La lengua azul es una enfermedad vírica que se transmite mediante mosquitos del género culicoides y que afecta a bovinos y ovinos, pero en ningún caso al hombre, por lo que los productos de las explotaciones, como la carne o la leche, se consideran sanos, seguros y saludables para el consumo humano.