En Asturias y por supuesto en España se está viviendo una gran paradoja. La región se está fortaleciendo en términos de salud pero se está debilitando en términos de empleo en el sector público. Se puede entender y se puede no entender. Toda una paradoja. En tiempos de pandemia la Administración pública preciso de contratar más personal ante el colapso en los hospitales y en la Administración pública. El maldito Covid y la avalancha de personas en Erte taponaban todo. Pero ahora la salud está mejorando y los hospitales están recuperando el ritmo del mes de febrero del 2020, cuando el virus solo estaba asomando un pie a la sociedad española. Por tanto, ya no es necesaria tanto personal sanitario, donde hay secciones que hay hasta tres veces más del personal necesario. Ya se está anunciando desde el Gobierno de Asturias que cerca de 200 interinos del sector sanitario (todos aquellos que no hayan superado los 3 años de contrato interino) iban a ser cesados de sus funciones. También desde el ejecutivo asturiano se ha dejado caer que se está pensando en cesar a casi un centenar de personas que habían entrado en la Administración para reforzar los servicios públicos de empleo y todo lo que derivaba de expedientes de regulación de empleo, tramites de salario mínimo vital, salario social básico, altas en el desempleo etc. Sin querer desmerecer ni poner el foco en el sector sanitario donde quizás si se podría entender que se aligere un poco el personal, donde quizás no se entienda tanto es en la Administración pública, donde hoy informamos que el SEPE ha reconocido que siguen sufriendo un colapso en las tramitaciones telemáticas de Ertes y de los diferentes salarios sociales, y que había que volver a las citas presenciales o a volver a utilizar el registro electrónico. Que las nuevas vías alternativas para acelerar los trámites estaban colapsadas y no estaban ofreciendo la respuesta que se esperaba. Quizás en la Administración los recortes tendrían que ser puntuales e incluso me atrevo que para realizar esa modernización de la que todo el mundo habla se debería de contratar a más personal, dotar de nuevas herramientas, para atender todas las necesidades de las familias asturianas y quitar ese tapón que tanto ralentiza el crecimiento económica del Principado de Asturias.