Aunque no da lugar a cotizaciones si puede acceder a varios opciones de ingresos
El cuidado del hogar o de los hijos no da lugar a cotizaciones. La jubilación no contributiva, el IMV (Ingreso Mínimo Vital) y la RAI (Renta Activa de Inserción)
La opción más frecuente es acudir a la pensión de jubilación no contributiva. El Inmerso la define como la pensión que asegura a todos los ciudadanos mayores de 65 años y en estado de necesidad una prestación económica, asistencia médico-farmacéutica gratuita y servicios sociales complementarios, aunque no se haya cotizado o se haya hecho de forma insuficiente para tener derecho a una pensión contributiva”.
El organismo contempla una serie de obligaciones a cumplir para poder acceder a ella:
-Tener 65 años o más.
-Acreditar la residencia actual en España, acumular al menos 10 años en nuestro país y que de estos al menos dos se hayan producido en los últimos 10.
Además, impone unos límites de renta que no se pueden superar si se quiere percibir la pensión. Con norma general, no se pueden percibir rentas superiores a los 5.639,20 euros anuales, pero las cantidades cambian si se vive en una unidad de convivencia, ya que se toman como referencia los ingresos de todos sus integrantes.
Para solicitar una pensión no contributiva, los interesados han de acudir a las oficinas de los Servicios Sociales de las Comunidades Autónomas, del Imserso o de la Seguridad Social. En ellas se les facilitará un impreso para proceder a la solicitud.
También recordar, que esta la opción de solicitar el Ingreso Mínimo Vital (IMV) o la RAI (Renta Activa de Inserción)