“El dato de que era de etnia gitana tenía que haberlo comunicado en la entrevista de trabajo” Ha declarado la jefa denunciada

El Juzgado de lo Social de León ha declarado nulo el despido de un trabajador que fue despedido tras conocer su jefa que era gitano, con condena a la empresa también a readmitir de forma inmediata al trabajador, a quien también deberá abonar los salarios dejados de percibir y una indemnización por “vulneración de derechos fundamentales” de más de 7.500 euros.

Los hechos se remontan al 16 de enero de este año. El único extremo, apunta el fallo, en el que “coinciden” parte demandante y demanda. Ese día, la empresaria del restaurante en el que estaba trabajando Pedro -con contrato indefinido a tiempo parcial desde el 12 de diciembre de 2022- le comunica en la calle, las puertas de una superficie comercial de León capital, “de forma verbal que no cuenta con él y que no vuelva más”.

Pero más diferencias hay en el origen que llevó el caso a los tribunales y que ha deparado en una sentencia -contra la que cabe recurso- en la que el Juzgado de lo Social de León entiende que hay “indicios suficientes de la discriminación padecida” por el trabajador despedido.

El fallo apunta que existió “falta de motivación” por parte de la empresa sobre las causas que justificaron la rescisión del contrato de forma unilateral, además de resaltar las “versiones contradictorias” ofrecidas en cuanto a la forma y motivo del despido empleado -primero aseguró que la baja fue voluntaria, luego que no había superado el periodo de prueba y después alegó incomparecencia del 8 al 15 de enero-, unido al “clima hostil que percibía el trabajado por su condición racial”.

Según figura en el fallo, Pedro reconoció en la vista “el buen trato” que la empresaria tenía con él desde el inicio de la relación laboral, incluso la calificó de “maravillosa”, aunque todo “se torció” cuando se enteró de que era gitano, cuando el 31 de diciembre entraron varias personas gitanas a las que atendió en barra, momento en el que la jefa salió de la cocina y le preguntó por su condición racial. “Ese dato tenía que haber sido comunicado antes de ser contratado puesto que ella quería saber quién trabajaba en su empresa”, señaló el empleado, quien apuntó la relación cambió y comenzó a recibir respuestas “de malas formas” del tipo “tienes que leer más y aplicarte en los estudios en vez de sentarte con los primos a tomar litronas y tocar guitarra”.

“Desde que estás aquí, no paran de entrar gitanos cuando antes venían de vez en cuando”, le espetó la jefa en alguna ocasión, recoge el fallo dado a conocer este martes, que declara nulo el despido. Además condena a la empresa a su readmisión inmediata, así como al abono de los salarios dejados de percibir desde el 16 de enero -a razón de 37,52 euros al día- y una indemnización de 7.501, el tramo inferior de la pena en estos casos por discriminación.

Una sentencia que, señala, atendiendo a la jurisprudencia, “tiene una finalidad no sólo resarcitoria, sino también disuasoria”.